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No soy yo muy de recordar fechas y por eso algunas, sólo algunas, las apunto. En plan efeméride. Cosas como cuando compro un coche cuando firmé la hipoteca, cumpleaños… Algunas las apunto sobre la marcha pero otras lo hago más adelante, cuando veo que es algo que me cambia la vida. Chorradas en muchas ocasiones, como cuando me compré la Xbox360, que en cierto modo cambió mi forma de jugar a las consolas.
Entre estas efemérides que me apunto, esta semana se ha cumplido una de ellas: 15 años hace que me compré mi primer Mac. Y como no sólo es una efeméride sino que es bastante redonda, pues voy a contarte como me adentré en ese mundo de Apple, del que no tengo intención de salir por ahora.
Un gran portátil
Dejando atrás mis años de Commodore y mis tiempos de estudiante, donde el primer PC me lo compraron mis padres con todo su esfuerzo, desde que yo pude comprar mis ordenadores empecé con los “clónicos”, como se llamaban entonces. Ahora se les dice personalizados, a medida y tal pero en aquellos 90 se les decía directamente clónicos. Ordenadores sin marca. Tú te comprabas lo diferentes componentes por separado y te buscabas la vida para hacerlos funcionar.
Tu fuente de alimentación, tarjeta gráfica (cuando empezaron a salir), memoria, disco, etc. Totalmente modular y abierto. Yo me iba ampliando el ordenador poco a poco a medida que se quedaba pequeño. Que si un lector de CD, que si pillo una oferta para comprar un procesador mejor, que si le meto dos módulos más de memoria… Así estuve muchos muchos años, gastando poco pero muy a menudo, hasta que un día me cansé.
Decidí que lo mejor era comprar un ordenador de una buena marca y además decidí que quería que fuera un portátil. Indagué por diferentes tiendas, catálogos, revistas… y me decidí por un gran Dell. Y cuando digo grande lo digo por capacidades y tamaño. Como yo digo en estos casos, más que portátil era movible. Podía llevarlo de un sitio a otro pero la idea y el 95 % de su uso fue en mi escritorio como ordenador fijo. Ahorre en muchos cables, monitor, teclado, altavoces… todo en una pieza y un sólo cable a enchufar.
Invertí con idea de que me durase mucho tiempo y lo conseguí. No me pidáis datos de memoria, CPU ni similar pero ese fue el primer ordenador que no amplié durante los 6-7 años que usé. Sólo tuve que cambiarle el teclado porque se derramó una cocacola encima y, por suerte, el teclado fue el único damnificado.
Un gran ordenador
Por grande que seas, el tiempo pasa para todos. Los años no pasaron en balde por ese portátil y llegó la hora de renovarlo. Aquí no había ampliaciones como con mis PC’s clónicos. Tocaba regalar o vender ese portátil y comprar otro.
Ahí estaba yo en mi mundo Windows visitando tiendas de informática viendo el mercado de portátiles. No existía Amazon, al menos para mí, en esos años así que la investigación era manual. En uno de estos paseos andaba por la FNAC de La Cañada, en Marbella, cuando se me acercó un dependiente.
Que si me podía ayudar, que qué andaba buscando y yo le conté. Un portátil porque no quería tener torre y monitor por separado, pero que no lo movía mucho. Que no cambiaba mucho de ordenador y que sobre todo quería esa limpieza.
Y sí es por los cables, ¿porqué no miras un iMac?
Ni se me había pasado por la cabeza. Para los que vivimos en Windows el mundo Mac es el demonio. Aún sin conocerlo. Un sistema cerrado, que no conocía de nada, caro como él sólo…
Nó, que va. Eso se escapa de mi presupuesto.
No tanto. Para los ordenadores que estás mirando, un iMac te vale.
Y va el tipo y me lo enseña. Y yo me enamoro. ¿Dónde estaba la torre? No, no existía, el ordenador estaba montado en la misma pantalla. Sólo el cable de corriente. Teclado y ratón inalámbricos. Fino, silencioso, recogido, pantalla brutal… y un precio dentro de lo que tenía pensado.
Que si había Office, cualquier programa que tuviera en Windows tenía su equivalente en Mac, que si no se cuelga, que si es más estable… Todas esas cosas que yo siempre escuchaba a esos pijos capaces de comprarse un Apple. No lo pude evitar. Cuatro averiguaciones y en unos días lo tuve en casa.
El paso a Mac
No te voy a engañar, no es fácil. Partiendo de la base de que no hay botón de minimizar, que los botones de las ventanas pasan del lado derecho al izquierdo, que si no había Internet Explorer, había que usar algo llamado Safari, que si como instalo o desinstalo algo… No, no es fácil
Era joven, aún tenía ganas de trastear con las cosas de la informática y confieso que pasados los primeros días de aprendizaje me fui acostumbrando y apreciando cada día más su simpleza y sencillez. Efectivamente todo era más rápido, más estable, más bonito. Eran muchos pequeños detalles los que me iban enamorando.
Disfruté ese pasar de un sistema a otro, descubrir programas nuevos, buscar equivalentes Windows en Mac. Fue una gozada y en nada completé el equipo con un portátil maravilloso y con el iPhone, que llegó pocos meses después. Y así voy
Volver a Windows
Windows no es lo que era y Mac tampoco. MacOS, el sistema operativo de Mac, ha dado muchos pasos atrás en eso que os comento de estabilidad y rapidez. El cambio de procesadores no le ha sentado demasiado bien y en cambio Microsoft ha dado grandes pasos adelante con Windows 10 e incluso con las últimas versiones de Windows 11. Algo que sin duda debería aprender Apple de Microsoft es que no hay necesidad de sacar un nuevo sistema operativo cada año.
Windows 11 salió hace ya más de año y medio y es ahora cuando empieza a ser realmente estable y a merecer la pena. Y aún faltará más de un año, puede que 2, para que salga Windows 12. Durante este tiempo actualizan, sacan parches y mejoras para irlo puliendo. Sin duda eso es algo que Apple debería aprender de la competencia.
No me queda otra que manejar Windows en el trabajo, es lo que toca, y a veces cuando veo lo “bien” que va, me planteo si merecería la pena volver a Windows. Luego llego a casa, hago 3 cosas de las que sólo se pueden hacer con Mac y se me olvida.
No, no fue un cambio sencillo pero sin duda mereció la pena. A día de hoy no me planteo en serio volver a Windows, al igual que no me planteo pasar de iPhone a Android. Siendo consciente de sus fallos y carencias, os aseguro que me compensa con creces.
He mirado en mi blog un post que escribí sobre lo que supone llevar un Mac en la mochila y puedes leerlo pulsando aquí. Suscribo línea por línea lo que escribí hace mas de 12 años.
La Imagen
Vale. No es el primero, es el segundo, pero cuando me compré el primero no estaba de moda eso de hacer unboxings
La Recomendación
Steve Jobs (Walter Isaacson): Hoy te recomiendo lectura. Se trata de la biografía más o menos oficial de Steve Jobs. Si hace falta que te diga quien es Steve Jobs, ya puedes dejar de leer y olvidarte de esta recomendación. Está escrito en base a varias charlas que mantuvo el autor con el propio Steve Jobs y mucha gente de su entorno. Te puede gustar o no Apple, ser de Mac o Windows, de Android, de Linux… pero nadie puede negar que Apple, bajo el mandato de Steve Jobs, cambió nuestras vidas. Si hay algo que no puedes negar que ha cambiado la vida de todo el mundo es el el iPhone. Tengas iPhone o Android, el concepto de teléfono inteligente tal y como lo conocemos surgió de esa mente. El iMac, el iPod (con todo lo que supuso de cambio para la industria musical). Es todo un personaje, con una personalidad complicada que merece la pena conocer.